"BARNABITAS ESPAÑA"


DEVOCIÓN MARIANA

PP. BARNABITAS

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"MARIA, MADRE DE LA DIVINA 

PROVIDENCIA"

 

  “...A través de un ser humano, esto es, por medio de la Virgen Madre

Nuestra Señora la Virgen María, Dios quiso salvar a la humanidad.”

 

(Antonio Mª Zaccaría, IV sermón )

["P. SEMERÍA SOBRE LA "MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA"]

["BREVE HISTORIA CUADRO DE LA "MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA"]

["NTRA SRA DE LA DIVINA PROVIDENCIA - Patrona de Puerto Rico"]

 

La devoción a la Virgen, Madre de la Divina Providencia, está íntimamente unida a la historia de los Barnabitas en la casa de Roma.

Parroquia San Carlo ai CatinariEn 1611, durante la construcción de la Iglesia de San Carlos de Catinari, dedicada al gran cardenal protector de los Barnabitas, San Carlos Borromeo, los Barnabitas se encontraron con una gran dificultad financiera y tuvieron que interrumpir la construcción... El P.  Blaise Palma, el párroco, decidió hacer una peregrinación a Loreto para pedir ayuda a Nuestra señora. Él estaba convencido que la madre del Señor, no iba a ser indiferente a su súplica. Después de regresar de la peregrinación, la gracia esperada fue otorgada y recibieron la ayuda necesaria para seguir construyendo la Iglesia, y en 1650 se terminó.

Deseando divulgar esta intervención de la Virgen María, el P. Palma escribió un largo y detallado relato y lo colocó en los archivos parroquiales, y recomendaba que todos acudamos a María  con gran confianza en cualquier dificultad que se nos presente.

Un segundo acontecimiento también influyó en los orígenes de la devoción a la Virgen Madre de la Divina Providencia. En 1659, forzados a abandonar la casa de Roma, Santuario de la Virgen de Fátima E.E.U.U. los Barnabitas removieron parte de la pared  en la que estaba pintada esta imagen milagrosa, pero desafortunadamente en 1663, cuando trataron de colocarla sobre un altar se cayó y se rompió en mil pedazos. Para recompensar a los Barnabitas el arquitecto responsable de la caída de la pared, les ofreció una pintura extraordinaria con el Niño Jesús en sus brazos. Era una pintura de Scipion Pulzone, discípulo de Rafael conocido como Gaetan. Esta pintura fue colgada en el altar de la capilla en el primer piso de la casa parroquial detrás del altar, donde los Barnabitas solían ir diariamente para rezar el Oficio Divino y sus ejercicios espirituales.

Accidentalmente el P. Januaris Maffetti, un miembro de la Comunidad de San Carlos, descubrió los escritos del P. Palma en los archivos. Mientras los leía, quedo impactado por la confianza amorosa, la fe ardiente y gratitud hacia la Madre de Dios del P. Palma, y fue impulsado por un gran deseo de extender la devoción a Nuestra Señora. Así la devoción a la Virgen, Madre de la Divina Providencia, nació oficialmente.

Madre de la Divina Providencia Desde el principio, nuestra orden promovió la devoción a la Santísima Virgen. El ardiente amor a Cristo de nuestro santo fundador, no podía estar separado de la devoción filial hacia la Santísima Virgen que aprendió de su madre Antonieta Pescaroli viuda a los 19 años y una verdadera y extraordinaria madre.  El recomendaba a sus seguidores, que para avanzar en la perfección religiosa, tenían que honrar y amar a su querida Madre, la Reina de los Ángeles.

Por decreto del P. Benedict Nisser , superior general del 5 de Agosto de 1896, cada Barnabita tendrá una copia de la pintura de la Virgen, Madre de la Divina Providencia en su habitación. Ella es la patrona de los Barnabitas.

En la Virgen de Gaeta, los dedos del niño están agarrando confiadamente los de María. Los Barnabitas interpretan este símbolo, como fuente sagrada del poder de la Madre de Dios. El niño parece decir: "Madre, pongo en tus manos la autoridad para actuar en mi nombre. De mi tesoro infinito tu vas a conceder gracias a los que imploren tu ayuda".  

Este es el origen del titulo de  LA VIRGEN MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA.

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HABLA P. SEMERÍA SOBRE

LA MADRE DE LA DIVINA PROVIDENCIA

 

Tiene tantas advocaciones bellas la Virgen, surgidos la mayoría de veces de la piedad popular cristiana, basados en la teología cariñosa que es el “sensus fidei”. Estas advocaciones, tienen un calor de afecto, exhalan un perfume de inquieta bondad. Son poesía, luz, calor. Expresan una verdad, y la expresan eficazmente: se encuentra toda la teología mariana en estas advocaciones. Repitiéndolas se renuevan, se intensifican las ideas y los afectos.

P. Semería - Padre BarnabitaNuestro título nos introduce en plena teología. MADRE: es la síntesis de las grandezas de la Virgen. Ella es Virgen, porque ha sido Madre. Madre de Jesucristo! lo dice todo. De ahí la grandeza HUMANA de la Virgen. Una mujer alcanza su plenitud cuando llega a ser madre. Madre es el título más importante de y para una mujer. Tampoco una reina esta contenta si no es madre; en la maternidad, una madre, tiene el secreto de la alegría y del orgullo que una reina no conoce. La madre es la bendita entre las mujeres, como María es la bendita entre las madres.

El nombre de Madre, nos indica la grandeza DIVINA de la Virgen. Grande más que toda criatura, porque es la madre de Jesús, hijo del hombre, hijo de Dios. La grandeza divina del Hijo se reverbera en la madre. Entre las madres ella es la bendita, porque el fruto de su seno se llama Jesús, es Jesucristo.

María es Madre de todos nosotros; madre, en Jesús, universal, ya que es única. El amor, la acción, el sacrificio de Jesús extendido por el mundo, por los siglos, llega a los confines de la tierra, se pierde en la eternidad. Y donde llega, donde se extiende la acción, el amor, la Caridad de Jesús, se extiende el amor de la Madre María.

Pero el título,  la canción breve,  la rápida, densa poesía prosigue: DE LA DIVINA PROVIDENCIA, uniendo  a María y, a través de aquella unión,  llevándonos al Dogma fundamental no sólo del cristianismo, sino de toda, aunque sencilla y pobre, vida religiosa: el Dogma de la Providencia de Dios. Quien se acerca, quien quiere simplemente acercarse a Dios  dar un paso, aunque sea pequeño, pero siempre un paso hacia Dios, debe creer no sólo que Él Existe, sino también que equitativo remunerador  de las obras humanas, PROVIDENTE en el sentido más fundamental, más alto (cfr. Eb 11, 6) Cortados los puentes entre el cielo y la tierra ¿qué importa que el cielo exista, que nos importa a nosotros? Es esto por lo que San Pablo proclama que a nuestra vida religiosa no le basta la fría, la desnuda idea de Dios: Existe Dios. Se necesita también la caliente, luminosa, benéfica noción de un Dios Providente que piensa en nosotros, que se preocupa de nosotros.. El cristianismo, religión caliente, viva, el cristianismo, revelación plena de Dios, comienza de allí, está todo allí en cierto modo. Porque, admitida la Providencia , la Providencia de Dios, el resto se comprende con una lógica fácil, maravillosa.

Todo es absurdo, sería absurdo, inconcebible en el cristianismo, si negásemos u olvidásemos este gran dogma de la Providencia. Todo es fácil, si se acoge gozosamente el dogma. Sobre el esta fundamentada totalmente nuestra vida práctica., totalmente. La vida cristiana es oración; pero no se ora a un Dios  orgánicamente sordo y cerrado a nuestras súplicas: La vida cristiana es coordinación de toda nuestra acción con una finalidad divinamente establecido y, hablando con claridad, es obediencia a Dios; pero no se puede obedecer sino a un Dios que amorosamente nos mande.. La vida cristiana es resignación viril al dolor; pero el dolor no se puede aceptar con resignación si no de las manos de un padre Providente y bueno.

María, Madre de la Divina Providencia, nos orienta con su bonito nombre, con su suave título, a este núcleo del cristianismo verdadero, sano, santo. Nos introduce suavemente, asiduamente en esta atmósfera que tenemos que respirar, si queremos que sea vigorosa, y cristianamente fuerte,  nuestra alma. La Madre nos conduce al Padre.

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NTRA SRA DE LA DIVINA PROVIDENCIA

Patrona de Puerto Rico

 

[[["Este comentario, en líneas generales, acepta que la Imagen... Patrona de Puerto Rico... procede de Italia... y habla de la concesión Papal de la Misa a la Congregación de los Clérigos Regulares de San Pablo (Barnabitas)...; pero parece que en este artículo, la Advocación de "Providencia de Dios en María" se sitúan ya en el siglo XII o XIII más o menos (Ver texto en color rojo de este artículo)... Es algo que invito a nuestros estudiosos de la Orden a profundizar sobre la veracidad de estas afirmaciones..."]]] P. Mariano Mª Sánchez crsp

El año 1744, Benedicto XIV (+1758) concedió, a la Congregación de Clérigos Regulares de San Pablo (Barnabitas), la misa en honor de Santa Maria Virgen .Madre de la Divina Providencia., venerada en Roma, en la iglesia de San Carlos, llamada vulgarmente “ai Catinari”, para ser celebrada el sábado antes del tercer domingo de noviembre. Esta memoria la celebran también muchos otros institutos religiosos.

Con este titulo llamamos la función que Dios, cuya “providencia..., nunca se equivoca”, encomendó a la Santísima Virgen, para que fuera:

- bondadosísima Madre de Cristo, ya que, en el providencial designio de Dios, la bienaventurada Virgen Maria..., engendró al Salvador del mundo.;

- madre providente de los hombres, confiados a ella por Jesucristo en la cruz.;

- dispensadora de gracia: ella, en efecto, en Caná de Gali­lea suplicó al Hijo en favor de los esposos, .ahora, entronizada como Reina a la derecha de su Hijo, atiende a las necesidades de toda la Iglesia..

La Santísima Virgen, por tanto, es llamada “Madre de la Di­vina Providencia”, porque Dios providentísimo nos la ha dado como madre providente, para que con su intercesión nos pro­veyera de los bienes celestiales. A semejanza de Dios, que no puede olvidarse de su pueblo, más aún, que lo consuela como una madre. la Santísima Virgen se compadece de nosotros, in­tercede por nosotros, atiende a las necesidades de la Iglesia, nos llena de consuelo.

La devoción a Nuestra Señora de la Providencia, por tanto, no es originaria ni exclusiva de Puerto Rico, pero nuestro pue­blo se la ha apropiado, haciéndola algo característico suyo. Nos gloriamos y con razón, de ser la única nación del mundo que venera a la Santísima Virgen, como patrona, bajo este título o advocación.

Italia vio el nacimiento de la advocación, dos siglos antes del descubrimiento de América, y se propagaba la misma por Francia y España, cuando la introdujo en Puerto Rico un obispo catalán, don Gil Esteve y Tomás, precisamente a mediados del siglo XIX.

Este mismo obispo, trigesimoséptimo en la serie de nues­tros obispos, dio fin a la edificación de la catedral de San Juan -cuya etapa constructiva se había prolongado por espacio de tres siglos- y, para coronar magníficamente la obra, estableció en su recinto el culto de Nuestra Señora de la Providencia, el 2 de enero de 1853.

Desde el principio, el país acogió propicio la nueva advoca­ción; su representación iconográfica tocó, al parecer, las fibras más sensibles de nuestro pueblo católico. El tierno conjunto de la Virgen Maria, en cuyo regazo duerme en confiado abandono el Niño Dios, y la misma Divina Providencia despiertan profunda simpatía en el alma puertorriqueña, que acaso ve también en la imagen el símbolo de su propio genio nacional, natural-mente inclinado al amor a los niños, al amparo de los huérfanos y a todos los ejercicios de una providencia misericordiosa.

 De la Obra de José Martínez Puche ... “Nuevo año Cristiano

19 de Noviembre - pags. 372-373

 

 

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BREVE HISTORIA DE LA IMAGEN DE LA

DIVINA PROVIDENCIA

El texto, de esta Breve historia de la tela de la Divina Providencia realizada por un discípulo de Rafael, está insertado aquí como un texto Word para descargar.

No está puesto en primera página ya que el primer artículo habla en líneas generales ya de este cuadro.

Si queréis descargar este ... como los demás artículos... lo podéis hacer... e imprimir en Word DinA4

 

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