EN
EL CANDELERO
El
aprecio de los hermanos le confiará pronto, a pesar de su joven edad (sólo 34
años ), la máxima responsabilidad en el gobierno de la Congregación. Es el
sexto Superior General, a
partir del Sto. Fundador y el más joven
en toda la historia de la Orden.
El
Arzobispo de Milán, el Santo Card. Carlos Borromeo, lo escoge como
consejero y lo elige como su orientador
espiritual y confesor. Será él mismo quien lo consagre Obispo, cuando S. Pío V
lo nombrará para la Diócesis de Aléria (Córcega).
Los 20
años de su apostolado en la isla, entonces dependiente de la republica de Génova, están marcados
por un dinamismo intenso y renovador: visitas pastorales, sínodos, erección
del Seminario, formación del clero, decoro de las Iglesias, (a menudo cobijo
de... rebaños de ovejas ), intensa campaña catequética para niños y adultos,
defensa del pueblo frente a los piratas y abastecedor de alimentos en momentos
de carestía... Estas dos décadas de apostolado en Aléria son quizás el mejor período de su vida.
No se
deja vencer por el ofrecimiento de Sedes Episcopales más prestigiosas. Será su
antiguo discípulo espiritual el Card. Nicolás Sfondrati, nombrado Papa con el
nombre de Gregorio XIV, que lo trasladará a Pavía, antiguo campo de actividad
cultural en los primeros años de su sacerdocio.
EN LA PORTERÍA DEL CASTILLO.
En Pavía le esperaba un apostolado breve, pero fecundo.
Sólo un año durará en la nueva y amplísima Diócesis.
Emprende
pronto la visita pastoral, advierte que las fuerzas le abandonan. Su hora
llega cuando se encuentra en Calosso (Asti). Es un puñado de casas, cobijadas a
la sombra de un soberbio castillo, sobre
una de las suaves colinas alfombradas de viñedos del Piamonte
meridional. El conde Hércules Roero le ofrece su castillo para reparar
las fuerzas. Acepta, pero con la condición de no subir a la planta noble; desea
quedarse con los humildes marginados, junto a la portería.
Una
pequeña capilla recuerda la reducida habitación de donde quiso salir con
discreción de la “escena del mundo”, el 11 de Octubre de 1592
Su
cuerpo descansa en la nave derecha de la majestuosa Catedral de Pavía, en cuya
ciudad una parroquia lleva su nombre.
Un
gran amigo de los Barnabitas, el Papa Benedicto XIV, lo beatificó el año 1741,
y S. Pío X lo elevó a la gloria del Bernini, el 11 de diciembre de 1904.
Al
Crucifijo que le pedía: “Esto mihi totus, totus mihi soli” (Sé
todo para Mi, todo para Mi sólo).
Alejandro
contesta: “Ego tibi totus, totus tibi soli” (Seré todo para
Ti, todo para Ti sólo)
¿A
quién no le gustaría rubricar con su firma esta respuesta?
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