Nos
quiere nuestro Fundador “herederos
e hijos legítimos” (c.
VIII), “no inferiores a la vocación a la
que hemos sido llamados” (c. XI), para sí poder ser: “Plantas y columnas de renovación” (c.
VII)
Barnabitas es el nombre popular de los
Clérigos Regulares de
San Pablo. Han sido así llamados por la primera Iglesia a ellos confiada en
Milán, San Barnaba (Bernabé)
donde habían sido fundados en 1533 por San Antonio
Mª Zaccaría.
Su nombre oficial es
Clérigos Regulares de San Pablo: Monjes
– Curas; ni sólo Monjes ni solo Curas:
CLÉRIGOS: De los sacerdotes diocesanos milaneses adoptaron el
hábito con el propósito de reforma y renovación.
REGULARES: Viven en Comunidad, observan una misma regla de vida,
profesan votos solemnes de Pobreza, Castidad y Obediencia.
DE SAN PABLO: Por que a ejemplo de su fundador Antonio Mª
Zaccaría, un estudioso apasionado y un fuerte admirador de San Pablo, reconocen
en él al Patrono de la Orden, el Modelo, el Guía de su Apostolado.
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Los
“Clérigos Regulares de San Pablo” -PP. Barnabitas- desde su nacimiento, en el Siglo XVI,
se han dedicado en primer
lugar y con espíritu comprometido a la Reforma cristiana de sí mismos... y desde
esta, por medio del apostolado, a la Reforma de cristiana de la sociedad; siempre a
la Luz de la Palabra de Dios, especialmente de los Escritos del Apóstol San Pablo.
Cuando el Espíritu suscita una nueva Congregación no es para cerrarse
en sí misma sino para ponerla al Servicio de la Iglesia. Nuestra Familia
Religiosa, aunque reducida en el número de sus miembros, ha dado sin embargo
una preciosa y –a veces- determinante colaboración a la Iglesia.
Se ha sentido siempre aguijoneada por las palabras de su Fundador: “Corred
como locos no sólo hacia Dios sino
también hacia el Prójimo” (c. IIª).
En las Constituciones de los Barnabitas se lee en el Nº 4
“Los
Barnabitas desde sus orígenes, se han sentido, y han sido colaboradores de los
Obispos. dedicados en un principio a las misiones populares,
a la ayuda
espiritual al clero, a la predicación y celebración de los Sacramentos, y
posteriormente han extendido su presencia al servicio misionero y parroquial, a
los estudios sagrados y profanos, a los colegios, a la juventud y a otras
formas de actividad pastoral, continuamente abiertos a las necesidades de los
tiempos”.
En pocas pinceladas se describen las características de la Congregación
individualizando su “Carisma” que es de “estar abierto a las necesidades de los
tiempos”.
Ha estado presente en el amplio abanico de las más variadas actividades
y lugares:
-
Misiones Populares.
-
Dirección de Seminarios y
misiones Diplomáticas.
-
Actividades
educativas y culturales (Colegios – Escuelas – Pensionados
Universitarios...)
-
Parroquias
y centros de espiritualidad (Casas de Ejercicios Espirituales)
-
Centros sociales y orfelinatos.
-
Misiones entre los no cristianos.
El
carisma originario –en esta múltiple serie de prestaciones
apostólicas- ha estado animado por una vigilante atención a los tiempos y
abrazado con riqueza y finura de espíritu.
Normalmente ha sido una:
“presencia discreta y una labor sin ruido” (P.
A. Gentile)
Es nuestro deseo que el fundador siempre pueda vernos como “herederos
e hijos legítimos” (c. VIII), “no inferiores a la vocación a la
que hemos sido llamados” (c. XI), para sí poder ser: “Plantas y columnas de renovación” (c.
VII) en el comienzo de este Tercer Milenio.
P. Luis Mª Origlia bta.